dissabte, 16 de gener del 2010

El Movimiento mundial de trabajadores cristianos (MMTC) y la tragedia de Puerto Príncipe, Haití


Un desastre que nos interpela

Mientras que en muchos países del mundo, hombres y mujeres han sido golpeados y continúan siéndolo, ya sea por las guerras, por los actos terroristas, por terribles accidentes o por otras catástrofes naturales, toda la humanidad ha sido una vez más se ha visto sobrecogida el 13 de enero de 2010 por el drama que ha golpeado al pueblo haitiano: miles de vidas humanas perdidas, miles de personas desplazadas, numerosas infraestructuras gravemente dañadas…

Debe manifestarse rápidamente la solidaridad nacional e internacional hacia las numerosísimas víctimas. Casi por todo el mundo, los seres humanos se han sentido particularmente tocados por esta catástrofe a causa de su amplitud. Todas estas situaciones nos interpelan. El Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC) no es indiferente a ello. Pues detrás de cada uno de esos dramas se halla la pregunta de las responsabilidades humanas, del tipo de ayuda que será aportada, así como los valores y prioridades que orientarán la reconstrucción

Como signo de solidaridad con las víctimas de este movimiento de tierra y de todos los demás dramas que golpean al mundo, el MMTC quisiera aportar su contribución a la necesaria reflexión que debe acompañar el compromiso sobre el terreno y la presencia al lado de las personas más afectadas.

Reconstruir sobre valores sólidos y duraderos

En lo que concierne a las formas y a los objetivos de la reconstrucción, nos parece fundamental partir de las necesidades y de las aspiraciones de las poblaciones concernidas. A nuestros ojos, sería un grave error imponerles unos esquemas de reconstrucción basados exclusivamente sobre los intereses de los países donantes. Nosotros preconizamos la puesta en obra de procedimientos que favorezcan la democracia participativa y den así a todos los ciudadanos y ciudadanas, la ocasión de hacer oir su voz en las decisiones que les conciernen a su máximo dirigente.

Pensamos que importa que las diferentes etapas de la reconstrucción sean inscritas en una perspectiva de justicia social, de economía solidaria y de desarrollo duradero. Se trata, más que nunca, de poner al servicio del bienestar de cada habitante de nuestra tierra los recursos físicos, financieros y humanos. Todos deben tener acceso a la salud, la educación, la alimentación, el agua potable, un trabajo decente, que les garanticen una protección social adaptada a su situación de vida. También es indispensable vigilar al respecto del medio ambiente, tanto a corto como a largo plazo. Cada gobierno debe invertir en estos valores y no en los armamentos. De esta forma, podremos alcanzar mejor los Objetivos del Milenio.

Miembros del MMTC se movilizan

En lo que concierne a esta tragedia de Puerto-Príncipe, en esta fase de periodo de urgencia, los movimientos miembros del MMTC de los países del norte se movilizan individualmente y a través de las ONG de solidaridad de las cuales son miembros (como por ejemplo la CCFD, Solidarité mondiale, Entraide et Fraternité, Cafod ou Weltnotweck, para no citar más que a estos).
Incluso los miembros del MMTC de los países golpeados por este temblor de tierra se implican activamente en las zonas siniestradas. Ofrecen una ayuda y unas competencias muy valiosas sobre el terreno.

El MMTC es feliz viendo muchos gestos de solidaridad expresarse en numerosos lugares del mundo, pero pensamos que es primordial vigilar para que todas esas ayudas sean bien utilizadas, a fin de evitar que se penalice, además, a las poblaciones ya dañadas por esta catástrofe natural. Es primordial que cada Estado se comprometa a crear rápidamente un sistema de alerta precoz para cualquier forma de desastre natural, de manera que se asegure mejor la seguridad de su población. El MMTC preconiza la adopción de un sistema internacional de tasa sobre las transacciones financieras, para financiar la puesta en práctica de este sistema de alerta, así como los trabajos de desarrollo y de reconstrucción.

Para una perspectiva de desarrollo duradero

Los habitantes de los países tocados ya han dado a conocer su deseo de ver regresar rápidamente al turismo, pues él genera importantes ingresos para las economías locales. Ha llegado el momento de vigilar por el desarrollo de un turismo respetuoso con las personas que viven en las regiones afectadas. Un turismo a escala humana, que favorezca los encuentros interculturales, fuente de enriquecimiento humano, en el respeto de las tradiciones y de las culturas de cada uno.

Penamos que las multinacionales que, demasiado a menudo, se han enriquecido explotando a los habitantes de las regiones más desfavorecidas, podrían de ahora en adelante asumir ellas también un papel positivo ofreciendo por fin salarios dignos y unas condiciones de trabajo aceptables a todos sus trabajadores y trabajadoras.

Par que Haití y todos los países golpeados por otras catástrofes de gran envergadura no lleguen a ser eternamente dependientes, sino que puedan responder por sí mismos a las necesidades de sus poblaciones, pedimos la anulación de su deuda: Apelamos igualmente al desarrollo de un sistema de comercio justo entre todos los países del planeta.

En fin, el MMTC hace una llamada a la vigilancia internacional, para que este impulso saludable hacia el pueblo de Haití no desvíe la atención de la ayuda a llevar a las poblaciones de los otros países golpeados por diversas catástrofes, y para que África, “que conoce todas las semanas, el equivalente a un temblor de tierra provocado por el hombre, y por tanto evitable (cf Tony Blair)” no sea una vez más abandonada a sí misma

Hecho en Bruselas, el 13 de enero de 2010

Crespin LAWSON y ALDA FORTES
COOPRESIDENTS del MMTC