diumenge, 3 de febrer del 2008

Las Comunidades Cristianas Populares de Andalucía protestan rotundamente contra el Comunicado de los Obispos andaluces sobre las próximas elecciones

Las Comunidades Cristianas Populares de Andalucía hemos leído y releído con incredulidad y con creciente indignación el texto completo de las “Orientaciones Pastorales de los obispos de Andalucía” con motivo de las próximas elecciones generales y autonómicas en Andalucía.
Compartimos la invitación de los obispos “a sentirnos más protagonistas de la sociedad en que vivimos y a emitir el voto en conciencia y con sentido de responsabilidad.” Recogemos también su recomendación de construir una sociedad mejor no sólo con el voto cada cierto tiempo, sino “también con un compromiso constante y cotidiano en la contribución a la vida común”.

Valoramos su llamada a la solidaridad hacia los sectores sociales más desfavorecidos, especialmente hacia la población inmigrante. Pero nos parecen formulaciones tan estereotipadas y tan anodinas que da la impresión de que se hacen solamente para salir del paso.

Igualmente asumimos su afirmación de que “parte esencial del bien común es la libertad religiosa”. Efectivamente, cuando la Iglesia oficial negó durante siglos esa libertad religiosa y cuando en los Estados Pontificios, mientras existieron, se persiguió de forma implacable toda forma de libertad religiosa, resulta un alivio que, por fin, se acepte ese principio de libertad religiosa que la sociedad civil ha conquistado por sí misma a pesar de la cerrada oposición de todo el aparato eclesiástico.

Nos hubiera agradado que los obispos reconocieran públicamente el penoso papel histórico que han tenido los dirigentes eclesiásticos en su cerrada resistencia a reconocer los más elementales derechos cívicos, como el derecho de opinión, de reunión, de asociación y hasta de pensamiento. Por no hablar de su tajante negativa a reconocer la igualdad radical de todos los seres humanos.

Quizá porque han caminado durante tanto tiempo a remolque de la historia mantienen unos esquemas totalitarios que, curiosamente, pretenden trasladar a los actuales poderes públicos. Por eso, tras la lectura del Comunicado, las CCP de Andalucía:

1.- Rechazamos “el tipo de comunidad humana y política” que nos proponen los obispos precisamente porque a determinadas personas y colectivos se les niega su derecho a vivir en plano de igualdad de acuerdo con su orientación sexual o porque se les niega el derecho a decidir sobre su propia muerte de acuerdo con sus convicciones personales.

2.- Apostamos sin reservas por una “Educación de la Ciudadanía”. Entendemos que es obligación de los poderes públicos educar a toda la sociedad y muy especialmente a la juventud en una conciencia moral centrada en el respeto absoluto a los Derechos Humanos. Pensamos que “la construcción de una ciudad armoniosa” de la que hablan los obispos no se consigue desde una moral totalitaria o exclusivista, sino desde la aceptación del pluralismo y desde el respeto a otras opciones éticas que tienen también cabida dentro de los Derechos Humanos.

3.- Afirmamos claramente que no nos sentimos representados por el Comunicado de los obispos. Y que otras muchas personas, incluso practicantes, tienen comportamientos éticos muy madurados, pero muy diferentes de lo que pretenden establecer los obispos como la única moral católica. Creemos en una iglesia comunidad de creyentes en los valores de Jesús con pluralidad de opciones políticas, sociales, morales y culturales con derecho a disentir y expresarse libremente.

4.- Finalmente, exigimos con todo respeto a los obispos que se alineen inequívocamente con los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad. Que desde ahí inquieten las conciencias de todas las personas de buena voluntad. Que tengan el coraje de desmarcarse de posiciones políticas que buscan mantener situaciones de privilegio. Y que no sigan confundiendo vergonzosamente el mensaje de Jesús con alianzas con el poder.

CCP-Andalucía, 24 de enero de 2008