VAMOS TEJIENDO
La tela de Penélope
Casi
siempre nuestro referentes son las personalidades que destacan en el
mundo. Personas fuertes, carismáticas, generosas. Igualmente nos
fijamos en los hechos que sobresalen en la historia y que dejan su
marca visible. Y nos hacen ser mejores.
De
vez en cuando es bueno también mirar lo pequeño, lo que va
creciendo despacio, al paso de la vida, como la semilla de mostaza. Y
que también hace historia, la historia humana por donde pasa el
Reino de Dios.
Hace
35 años participo en un grupo de mujeres de mi barrio
de San Martí: La Tela de Penélope. Sencillamente se
empezaron a reunir cuatro mujeres porque sentían necesidad de
comunicarse sus experiencia. Poco a poco fueron viniendo otras y
otras, y ahora somos cerca de 70 las que nos reunimos cada martes.
Lo nuestro són debates, charlas, análisis de la realidad, taller
de creciminiento, fiestas, poesía...Funcionamos con una estructura
y un presupuesto mínimo. El Centro Cívico nos presta una de sus
salas polivalentes.
¿De
dónde venimos? Del cansancio y la monotonía de las tareas
repetitivas de la casa (por eso nos llamamos así) y de muchas
soledades cuando llegando a edades avanzadas, y las tareas de madre y
esposa se han ido.
Aquí
nos escuchamos. nos damos calor y amistad, nos abrimos a otras
posibilidades de crecimiento y autoestima.
Lo
mejor es cuando en las comunicaciones interpersonales se ve cómo las
personas nos liberamos, manifestamos interés por crecer más y como
se avanza en sentido de responsabilidad y nos vamos capacitando y
aceptando cargos y tareas. Con proyección en el barrio y coordinadas
con otros grupos.
Vida
de grupo, grupos de barrio que van descubriendo el sentido de la
vida. Ojalá se multipliquen esos grupos, verdaderos tejidos
sociales!
Como
dice este proverbio africano que nosotras solemos repetir:
Mucha
gente pequeña
en
muchos lugares pequeños hará cosas pequeñas
que
transformarán el mundo
Mercedes
equipo
St.Adrià