El sindicalismo abordará la economía de los cuidados en la próxima Jornada Mundial por el Trabajo Decente
06 SEPTIEMBRE 2019
ABRAHAM CANALES
La Confederación Sindical Internacional (CSI-ITUC) reclama en la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, prevista para el 7 de octubre, que los gobiernos «aumenten la inversión en los cuidados».
En una breve nota publicada en su página web, el sindicalismo mundial, que representa a 207 millones de trabajadores y trabajadoras de todo el planeta, prepara la convocatoria de una nueva Jornada Mundial por el Trabajo Decente, centrando su reivindicación en el sector de los cuidados para «fomentar el empleo de mujeres y hombres, aumentar el PIB, afrontar los crecientes desafíos demográficos y superar la arraigada discriminación contra las mujeres en el trabajo y en la sociedad».
Fue en el año 2008, siendo secretario general Guy Ryder, actual director general de la OIT, cuando en el congreso fundacional de la CSI se aprobó poner en marcha una jornada de acción mundial para «fortalecer la lucha internacional por los derechos de los trabajadores y contra la pobreza». Comenzaba un proceso histórico de esta organización internacional de trabajadores y trabajadoras para unificar y comprometer en una acción global muy significativa a 331 centrales sindicales nacionales. Este compromiso por el trabajo decente es compartido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos, que secundaba además así el llamamiento por una Alianza Global por el Trabajo Decente realizado por san Juan Pablo II (Cf. No os dejéis robar la dignidad)
El trabajo de cuidados en España
El último informe de la OIT El trabajo de cuidados y los trabajadores del cuidado para un futuro con trabajo decente, señala que se generarían un millón de empleos en España atendiendo «los déficits actuales en la prestación de servicios de cuidado y su calidad». El trabajo de cuidados comprende dos tipos de actividades: las actividades de cuidado directo, personal y relacional, como dar de comer a un bebé o cuidar de un familiar enfermo, y las actividades de cuidado indirecto, como cocinar y limpiar.
El cuidado no remunerado es «trabajo» que principalmente realizan las mujeres pero que permanece invisible y no reconocido, tanto es así que en opinión de Manuela Tomei, directora del departamento de Condiciones de Trabajo e Igualdad de la OIT, «en 2018, en España se emplearon 130 millones de horas diarias en trabajo de cuidados no remunerado. Esta cifra equivale a 16 millones de personas trabajando ocho horas al día sin percibir remuneración alguna. España es uno de los países de Europa y Asia Central donde se realiza la mayor parte del trabajo diario de cuidados no remunerado. Si estos servicios se valorarán sobre la base de un salario mínimo por hora, equivaldrían al 14,9 por ciento del PIB del país».
Según esta agencia tripartita de la ONU, España se situará, de aquí al 2030, en el puesto 22 de la clasificación de países con mayores ratios de dependencia de cuidados de personas mayores del mundo, y el puesto 19 de los países de Europa y Asia Central con un 9,1 por ciento. Se prevé que el número de beneficiarios de cuidados en España disminuya de los 10 millones actuales (7 millones de niños y niñas menores de 15 años y 3 millones de personas ancianas) a 8,8 millones (5,6 millones de niños y niñas menores de 15 años y 3,2 millones de personas ancianas). Apostar por una «economía
de rostro humano» como puede ser la economía de los cuidados, es una apuesta por el bien común que supone la creación de trabajo decente y el aumento del bienestar social, ambos esenciales en una sociedad decente.
Iglesia por el Trabajo Decente
Por quinto año consecutivo, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), promovida en España por seis entidades de inspiración católica, se suma, impulsa y convoca alrededor del 7 de octubre, en las diócesis del país, un amplio abanico de gestos, actividades y vigilias que quieren promover y visibilizar la importancia de extender en la sociedad y en la Iglesia la defensa del trabajo decente, una cuestión central en la sociedad y esencial para la vida de millones de personas.
ITD vienen insistiendo en la denuncia de las condiciones laborales y sociales actuales que generan «una sociedad desvinculada, en la que cada vez es más difícil hacernos cargo de los que se quedan atrás», como indica el VIII Informe FOESSA, donde además son cada vez más las personas en situación de vulnerabilidad, entre otros factores, por la mala calidad del empleo. La indecente precariedad estructural se ha convertido una obligada forma de vida para millones de trabajadores y trabajadoras, especialmente entre jóvenes y mujeres.
■ El trabajo de cuidados y los trabajadores del cuidado para un futuro con trabajo
decente, OIT. Resumen ejecutivo.
■ Invertir en la economía de los cuidados. CSI-ITUC, Grupo de Trabajo sobre Empleo
del G20.
■ Los cuidados como problema y solución económica. Por Lina Gálvez, catedrática de
Historia e Instituciones Económicas. Tema del mes de la revista Noticias Obreras, marzo
2019.
■ Iglesia por el Trabajo Decente urge priorizar a las personas para descartar la
indecente precariedad, mayo 2019.