Ha llegado el tiempo de los recortes. Y siendo grave la congelación de las pensiones, la disminución de la ayuda al desarrollo, y el recorte salarial de los trabajadores del sector público, el gran problema es el horizonte que nos sitúa: el cuestionamiento de todo lo público y la reforma laboral en ciernes.
Recordemos que fue la avaricia de los financieros la que provocó la mayor crisis de la historia moderna. Los gobiernos dieron a las instituciones financieras tal cantidad de miles de millones de euros, que hubieran bastado para eliminar el hambre en el mundo durante más de cincuenta años.
En realidad, estamos asistiendo a un ataque del poder financiero (con la colaboración de los gobiernos sometidos a sus dictados) contra los pobres, contra la democracia y contra la economía productiva. El ataque contra los pobres se produce porque el dinero que ha transferido el Estado a los Bancos procede fundamentalmente del trabajo del Mundo Obrero. El ataque contra la democracia porque la principal acción del gobierno acaba siendo la gestión de la política fiscal supeditada a los mandatos de los que manejan el dinero. Y el ataque contra la economía productiva porque la creción de riqueza se ha basado sustancialmente en la construcción, el turismo, la especulación y los grandes proyectos de escaparate como hemos visto en el País Valencià.
La clave para analizar todo esto está en dónde nos situamos ante ella. Nosotros y nosotras no lo haremos desde la avaricia empresarial, no desde la política sometida a los mercados sino desde Jesucristo y desde los empobrecidos. Desde los parados de larga duración, los precarios y precarias, los inmigrantes sin papeles, las familias obreras y desde las mujeres empobrecidas. Es preciso construir un proyecto de humanización para el Mundo del Trabajo.
Por eso entendemos que es necesaria una Reforma Laboral al servicio del Mundo Obrero. Y un control y transparencia de los mercados financieros. No sólo por justicia, sino porque hacerla en beneficio de la economía, y no de las personas, es alargar las políticas económicas que precisamente nos han llevado a esta situación de crisis.
Pedimos a los sindicatos que actúen como verdaderos defensores de los intereses de la Clase Trabajadora y se comprometan resuelta y eficazmente con ella. A la Iglesia, que sea fiel al Evangelio y sepa estar al lado de los empobrecidos. Por nuestra parte, nos comprometemos a apoyar cuantas iniciativas, sindicales políticas y/o sociales, de movilización general se convoquen en defensa de los intereses del Mundo Obrero.
HOAC Valencia
Hermandad Obrera de Acción Católica
hoacvalencia@otromundoesposible.com